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Estaba amaneciendo y yo tenía una jaqueca insoportable por todo el vodka que me tome toda la noche. El dolor era tan insoportable que tuve que ir rápidamente a la farmacia por algo que aliviara mi dolor. Cuando llegué a la farmacia, vi que estaban cerrando. Me acerqué a la ventana para ver si podía ver a alguien dentro y vi a una chica joven. Le grité para que me abriera, pero ella no me escuchó. Entonces, golpeé la ventana con fuerza, pero tampoco me escuchó. Finalmente, le arranqué la puerta de las manos y entré. La chica me miró asustada, pero yo estaba demasiado concentrado en el dolor de cabeza que ni siquiera le prestarle atención. Busqué en todas las estanterías, pero no encontré nada que me aliviara el dolor. Entonces, le pregunté a la chica si sabía dónde podía encontrar algo para aliviar el dolor, pero ella no me escuchó. Entonces llame a Sarah, para saber que era lo que estaba sucediendo y si podía recogerme en la farmacia.


-¿Sarah? Soy David, necesito que me recojas en la calle insurgentes, en la farmacia. Estoy teniendo una jaqueca insoportable.

-¡David! ¿Está todo bien? Estaré ahí en cuanto pueda.


Entonces sólo recuerdo haber colgado y caer sobre el pavimento lentamente, hasta quedar inconsciente. Más tarde desperté sobre mi cama, sin señal de que Sarah estuviera ahí, lo cual se me hizo extraño, pero justo iba a tomar el teléfono Sarah apareció con un vaso de agua.

-David, estás en tu casa. Te traje un vaso de agua. ¿Quieres que llame a un médico?

-No, Sarah, gracias. Sólo quiero descansar un poco. Por cierto, agradezco mucho que hayas ido por mí, no sabía a quién más llamar

-No hay problema, siempre estaré ahí para ti. Me intriga saber cómo es que terminaste con una jacqueca.

-Bueno, ayer después de que me despedí de ti, un colega me invito a un bar que se encuentra muy cerca de mi oficina. Al principio no estaba muy seguro porque justo hace media hora tenía una sesión de fotos, entonces lo dudé, pero tan pronto mencionó que me invitaría todo no pude resistirme.

-¡Oh! Vaya, ahora todo tiene sentido, entonces tienes una resaca. 

-Algo así.

-Tal vez no sepa mucho de resacas, jaja y claro que es sarcasmo, pero un té frio de hierbabuena te ayudaría. 

Ahí fue cuando supe que Sarah sería una buena compañera, ese gesto de cuidarme y escuchar me pareció muy especial. En ese momento fue cuando supe que en realidad no iba a ser una relación complicada. La miré, le tomé la mano y le pregunté si esa noche quería ir a tomar algo conmigo para formalizar nuestra relación. Ella asentó con la cabeza y me dijo que pasará por ella a su casa. Tal vez debería preguntarle cuáles son sus flores favoritas, esta noche será especial.

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