Lo he visto y lo he escuchado, y todos en algún momento son parte esencial del contexto, nos adaptamos, esperamos e incluso lo aceptamos o creemos que hacemos parte del intento.

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Somos uno en un millón, pero, si sumáramos la persona viva que habita en nosotros ese que en psicología llamo Sigmund Freud “Consciente”, seriamos muchos, este es parte de nosotros, nos ayuda en la sumisión y a obrar haciéndonos aceptar las consecuencias de los actos ya sean positivos o negativos, nos ayuda a afrontar responsabilidades sin evadir nada.

Las personas en nuestra vida desde la primera instancia, nos ayudan en el proceso de adaptación y afronte a cualquier situación, aprendemos desde muy pequeños a #ser, ser parte de algo, formándonos como personas racionales y #estar, el estar como un hecho en el espacio y tiempo.

—Calma a la impaciencia, tranquilidad a la conciencia, en muchas oportunidades nos acoplamos a personas que nos enseñan a crecer, a ser parte de algo importante, vierten su esencia en el suelo que pisamos, el cielo que observamos, en la alegría que, en ocasiones amarga, pero, en alegría que nos hace estar vivos #aprendemos de otros e incluso de nosotros mismos, reconocemos que existen cosas que son sencillas y otras que son complejas, pero, a final son hermosas.

Siempre nos retamos para ser mejores, del mismo modo nos forjamos (conocimiento, disciplina), hecho que nos prepara para el devenir, mediante esto debemos examinar aquello que no podemos controlar y mucho menos cambiar, somos uno en el mundo, habitado por millones en un determinado momento, más no controlamos el momento y mucho menos podemos cambiarlo, eso no está en nuestra facultad, es como que nos preparamos para una excursión salimos y cuando llegamos comienza a llover, desafortunadamente no controlamos el tiempo por ende toca aceptar lo que se presentó.

Es importante enfocarnos, afrontarnos y aceptarnos a nosotros tal cual somos, comprendiendo que en ciertas ocasiones hay cosas que ameritan una metamorfosis, hay acciones que ameritan cambiarse para que nuestra forma de ser se acople a las exigencias del día.

Hay situaciones que no se pueden controlar hay cosas a las cuales no podemos hacer frente, por ello en vez de luchar y hacer frente solo toca lidiar, en ello entran esas situaciones las cuales forjan el temple como el sufrimiento, así lo evitemos en algún momento nos ha tocado o nos toca sufrir, ello sirve para encontrar la serenidad y tener paz interior, esta, a su vez, nos enseña a aceptar eso que no tiene cambio, dejar, no poner resistencia, para así liberarnos del sufrimiento, obvio sin omitir, sin dejar de lado el haber aprendido una lección.

La vida siempre nos colocará mil obstáculos, situaciones que no siempre vamos a poder controlar, pero lo importante es afrontarlas con serenidad y aceptación, hay que aprender a adaptarnos a los cambios, a aceptar las consecuencias de nuestros actos, teniendo como objeto principal la paz interior, paz que ante el caos nos ayuda a crecer y a ser mejores personas; por ello es importante estar siempre serenos y aceptar lo que tenga que venir y una vez que allá pasado, nunca olvidar lo que obtuvimos o aprendimos de ellos, la vida siempre es un viaje, en el cual nunca dejaremos de #aprende


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