<div class=text-justify>

<center>
![amigos2.jpg](https://cdn.steemitimages.com/DQmXY2MuokaqLtvS5yvMjkFEK8oU5erd38yaRMJKc93r1p1/amigos2.jpg)
Lagos Correntos y Nahuel Huapi - se puede observar el puente sobre el pequeño río Correntoso que une ambos espejos de agua.
</center>

En los primero años del nuevo siglo XXI mi afición por la pesca con mosca estaba en su apogeo, por supuesto que unos buenos ingresos y la libertad de ser mi propio jefe ayudaban a desarrollar el hobby prácticamente sin restricciones.  Por ese entonces viajaba a la Patagonia varias veces por temporada y disfrutaba de pescar en muchos y variados ambientes que esa bella región surcada de ríos y lagos ofrece al visitante.

Recuerdo particularmente una de mis excursiones, siempre rodeado de amigos de aquí de Buenos Aires y también patagónicos que no dudaban en acompañarnos cada vez que avisábamos de un nuevo viaje y una nueva aventura.

Entre los grandes amigos de aquella época siempre tengo presente a dos: el “gallego” García y el “potro” José L. Reale. Dos extraordinarias personas con muchos años de experiencia y conocimiento de esos lugares de pesca y también con elevados conocimientos y una gran experiencia en la vida. 

Esa salida además de los dos mencionados incluyó otros buenos pescadores entre los que se contaba Luciano, hijo del  “gallego”, Alejandro que por entonces era apenas un muchacho y luego fue fotógrafo profesional y guía de pesca y Mario, mi inseparable compañero de aquellos años con quien siempre viajábamos desde esta capital tan alejada.

No recuerdo exactamente el itinerario pero si que algunos días los pasamos en las cabañas de otro amigo que también era de Buenos Aires pero en algún momento de su vida decidió cambiar radicalmente de trabajo y ubicación y se fue a probar suerte en San Martín de Los Andes donde con gran esfuerzo construyó un complejo de cabañas que alquilaba durante todo el año ya que por esa zona hay turismo de verano y también de invierno, gracias a su trabajo constante hoy está perfectamente arraigado y con un negocio pujante y en crecimiento.

<center>
![amigos.jpg](https://cdn.steemitimages.com/DQmVfhvJe7XDGPwsoq8ifTT7HsjJCxwUF8tXwkxRcSLPAjG/amigos.jpg)
</center>
Almuerzo en un restaurante de Villa La Angostura - el de barba, bigote y pelo cano es José.

La cuestión es que unos días los pasamos en sus cabañas y allí ocurrió el hecho lamentable del robo de un bolso específico de pesca  de mi propiedad que contenía varias cañas, reeles, líneas y otros accesorios de los cuales no quiero recordar ni hacer cálculos de valores porque era mucho dinero. En el mismo acto de vandalismo que se perpetró violentando una ventanilla en la camioneta del “gallego” además del mencionado bolso se llevaron una campera impermeable confeccionada en tela respirable del  mismo dueño de la camioneta y algunas otras cosas de menor valor.

Mi pena y decepción fue enorme, tanto que me propuse volverme a Buenos Aires pese a que todavía restaban varios días de pesca incluyendo el traslado hacia otro lugar muy habitualmente frecuentado por ser muy rendidor y cómodo. 

Pero allí surgió la personalidad y el don de gente de mis amigos y el “potro” me convenció para que hiciera con él en su vehículo el viaje de vuelta hasta el siguiente destino y que una vez arribado decidiera que quería hacer. Por supuesto tenía todo planeado para hablarme durante las tres horas de viaje y convencerme de que solo eran cosas materiales perfectamente reemplazables.

Durante todo el trayecto me contó la vida y obra de cada estancia y poblado por el que pasábamos, en su juventud había sido agente inmobiliario y conocía a todos y cada uno de los dueños, sus propiedades, sus familias y sus negocios; conocía los pueblos y sus habitantes, la flora y fauna del lugar. Me hizo olvidar de todo lo malo que me había ocurrido y me transportó a un mundo mágico, entretenido y diferente, un rato antes de llegar me dijo como al pasar que en el baúl de su auto tenía varias cañas y reeles que no usaba y que ponía a mi disposición. Por supuesto me quedé y pesqué a la par de todos, me hice el firme propósito de olvidarme del incidente y principalmente no amargar a mis amigos, además el esfuerzo del "potro" bien valía ser recompensado.

Fueron unos días excepcionales y siempre le estaré agradecido a José por su ayuda para superar el trance. Durante algunos pocos años más pude disfrutar de su compañía, de su humor, de su amabilidad. Por obra del destino en una oportunidad pude devolverle parte de lo que me había dado ese día: dejó olvidadas dos cañas apoyadas en un árbol a la vera del río Correntoso y lo acompañé a buscarlas y a seguirles el rastro por comentarios de pescadores que vieron que alguien se las llevaba; estuvimos varias horas recorriendo lugares dentro de Villa La Angostura y lamentablemente no pudimos recuperarlas pero recordamos la anécdota del robo de las mías y nos reímos de las circunstancias parecidas, creo al menos en parte, haberle ayudado. Pocos años después enfermó y no pudo recuperarse. Todavía extraño su amistad.

Saludos

 https://cdn.steemitimages.com/DQmcMaU34vsd711ZeL2AjJfZFLETw9fv6MZwHRokNrniqh5/separador6.png


</div>

<div class=text-justify>


Héctor Gugliermo

Las  fotografías son de mi propiedad.

@hosgug
</div>