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[Fuente](https://worksthatwork.com/3/message-to-the-future/share/e8758f8c69f28bb2a0a1ff8d8a91196e)

Se me acumulan las pesadillas,es la segunda vez, el segundo almuerzo, que despierto de forma bruscamente violenta, presa de los malos sueños y peores augurios. Por la noche, al menos está siendo mejor. Despierto ineludiblemente a las seis de la mañana, no cabe duda, estoy de trimestre.

Los sábados se suceden, son películas alemanas con ese punto romanticon que siempre tienen, con ese buen tiempo, que imagino un frenesí germano para rodar todas sus ideas.  Es como un cine de posguerra de un país que aún tiene cercana la reconstrucción y que rechaza la violencia y no quiere ni por asomo sufrir.

Procrastino con la idea de hacer café y por otro lado,deseo sentir el pulso del brebaje en mi cuerpo que disipe las telarañas de la pesadilla, de la mala digestión de la sopa y de la hartura del exceso de responsabilidad que no por falta de costumbre, deja de ser una pesada rémora.

Mis vecinos, son un eco constante que no se disipa. Liberado de los de arriba, los de al lado se han confirmado todos juntos bajo el ala protectora de la gran matriarca. No me cabe duda  que es una gran señora, si acaso, mis molestias vienen del daño anterior infringido por años de malos vecinos y el acento cerrado de pueblo de Antonio, el marido de la vecina, el cual sin una causa que lo explique, me exaspera de forma excesiva.

En fin, un sábado más de este continuo espacio tiempo que viene a ser esta semi libertad, este semi confinamiento, al que nos condenan los tiempos que nos ha tocado vivir, mientras tanto, seguro que se ha modificado para mal, algún impuesto.