<center>https://files.peakd.com/file/peakd-hive/mariart1/Ep3epe2gCzS4i6gDwTkexvrGdGkN5rpQ7Y7u6gQRaPeHpwkC7XRgi77nA2aGecpLiK7.jpeg
<sup>fotografía propia</sup></center>
<hr>

Son palabras que se guardan para el 
silencio de la noche
que compartes con la almohada y el
insomnio
que susurras en un día casual, mirando
por la ventanilla del bus
que sostienes en la mente 
única y especialmente para ti mismo
como un secreto bien guardado que 
solo conoce tu corazón 
como un puñal enterrado del que solo
se ve la empuñadura
como un tesoro hallado y sepultado 
otra vez. 

<center>Palabras prohibidas, aunque sean 
verdaderas, aunque contengan mentiras
ya que tienen poder para desgarrar
hacer dudar 
aún cuando no hay nada que pensar.</center>


Letales
dardos envenenados 
cubiertos del deseo egoísta 
de no dejar marchar 
(con la mente tranquila)
a la persona que amas. 

Palabras desesperadas
asideros 
bañadas de esperanzas 
que sostienen anhelos profundos
cargando con el deseo inmenso
de que mediante ellas puedas 
hacer cambiar la decisión ya 
tomada
irreversible y perforarla. 

<center>Son palabras con las cuales, pese a
no conseguir nada, te alivias de decir 
cómo último recurso
cómo cuando el enojo te arranca 
maldiciones y odios que más temprano 
que tarde pagas caro
pero es un alivio vacío 
es un alivio egoísta 
es un alivio que inquieta 
a otro corazón. </center>

Son palabras románticas y 
melancólicas 
sentidas y desesperadas 
profundas enterradas 
que significan más dentro 
que fuera de la boca 
que lucen en un poema 
o en una fotografía 
que vuelven sentido 
algún recuerdo. 

Así y solo así 
dejan de ser palabras malas
egoístas 
y se transforman en un sentir 
que desgarra 
pero no hiere.