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<div class="text-justify">Cuando abrió la puerta, tuvo una extraña sensación en el rostro, como si una hoja seca, impulsada por el viento, le hubiera golpeado. Miró hacia el piso, pero no logró descubrirla. Quizás hubiera seguido su viaje y hubiera ido a caer en el jardín, confundiéndose con las otras hojas secas que allí abundaban. </div><P/>
<div class="text-justify">No obstante, cierta perplejidad le hizo recapacitar acerca de sus acciones de los últimos minutos y se percató de que algo no encajaba, que había algo fuera de lugar. </div><P/>
<div class="text-justify">No sabía en este momento la razón por la cual abriera la puerta. Quizás se hubiera debido a un simple impulso, pero esto no le convencía. Alguien habría golpeado, pero ahora no lo recordaba. </div><P/>
<div class="text-justify">Era como si en el mismo momento en que la abriera hubiera ingresado en una realidad paralela donde no importaba nada de lo que aconteciera en la otra realidad. La hoja seca seguramente también pertenecería a ese mundo que acababa de abandonar. </div><P/>
<div class="text-justify">Entonces tuvo un gran temor de un momento a otro: su deseo de hallarse en otro mundo, que tanto le ilusionara en momentos de angustia o desesperación, se había hecho realidad. </div><P/>
<div class="text-justify">Ya no había puerta, ni jardín ni calle, entonces sin lugar a dudas, estaba completamente solo en aquel inmenso valle verde iluminado por ese sol tan bello como insoportable. Ya de nada valía lamentarse, aunque supiera que jamás podría retornar al refugio de su antigua realidad. </div><P/>