# 065.3 Sin pérdida (Parte 3)
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Traducción propia, principalmente de fuentes en inglés, pero comparando con la fuente en chino para mayor fidelidad.
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En Cai Yun Yuan

El médico acaba de irse, y Shen Qing, que había bebido la medicación para calmar sus nervios, estaba dormida.

A pesar de que lo había visto muchas veces, pero cuando vio los moretones en el cuerpo de Shen Qing, el corazón de Ren Wan Yun no pudo evitar sentir un cuchillo retorcido en él. Ese médico era de su gente y, naturalmente, no hablaría sobre esto, y le había dicho a Ren Wan Yun que las heridas en el cuerpo de Shen Qing eran demasiado graves y con su cordura poco clara, había un temor de que necesitaría descansar durante bastante tiempo. En cuanto a por qué su cordura no estaba clara, era porque estaba asustada hasta ese estado.

En esa noche predestinada, Ren Wan Yun no se atrevió a pensar en qué tipo de tortura había sufrido Shen Qing. Esa noche se estaba quedando al lado de Shen Qing, y podía escuchar los gritos de ayuda de Shen Qing, pero pensó que era Shen Miao, así que no subió para detenerlo. Al final, la vida de su hija se arruinó. Mientras pensaba en ello, el corazón de Ren Wan Yun estaba lleno de pesar.

Shen Gui echó un vistazo a Shen Qing en la cama y pareció sentir que le dolía la cabeza y se volvió para irse.

"¡Detente ahí!" Ren Wan Yun lo detuvo, "Qing-er ahora se ha vuelto así, ¿y todavía quieres ir al patio de esa zorra?"

Shen Gui era lascivo y tenía algunas concubinas en su patio trasero. Cada una era hermosa y gentil, pero Ren Wan Yun era poderosa, ya que podía resolverlas adecuadamente. A pesar de que Shen Gui era lascivo, sabía que solo Ren Wan Yun podría hacer que su ruta oficial fuera más fluida y no traspasaría el límite de lo que era correcto para que Ren Wan Yun no lo controlara. Los hombres eran todos iguales, el patio de las concubinas no era más que un juguete. ¿Por qué competiría ella con un juguete?

Pero hoy, ella estaba siendo algo inusual.

"Es mejor que no cree problemas sin una razón". Shen Gui estaba algo irritado. Hoy se quedó sin habla por su propia sobrina y al lado del Príncipe Yu, no sabía cuál sería la situación y si estaría enojado con él. Al pensar en estos asuntos, Shen Gui se angustió más y ahora, después de ver a Shen Qing, fue como echar aceite al fuego. Su tono era algo impaciente, "Es inútil que me quede aquí, sería mejor si no me molestaran para poder pensar en qué hacer a continuación".

"¡Piensa, piensa, piensa!" Ren Wan Yun cambió su temperamento habitual de mirar el panorama general y gritó: “¡Solo sabes cómo pensar, pensar, pensar! ¿Qué es exactamente Qing-er para tus ojos? ¡Ahora ella se había vuelto así y usted como padre no estaba en lo más mínimo preocupado y no le importaría! En tu corazón, me temo que no hay Qing-er en absoluto. En este mundo, ¿cómo podría haber un padre tan vicioso como tú?"

Cuando se pronunciaron las palabras, incluso las dos sirvientas cercanas de Ren Wan Yun, Lan Xiang y Cai Ju, se sorprendieron. Normalmente, Ren Wan Yun enfrentaría las cosas con calma, e incluso cuando Shen Qing se encontró con el percance en el Templo de Wo Long, también siguió adelante y miró la situación general. En cuanto a Shen Gui, a pesar de que no dijo palabras duras, para que Ren Wan Yun fuera una persona tan racional que de repente se convirtiera en una arpía y se peleara con Shen Gui, nadie podía creerlo.

Ren Wan Yun tampoco sabía por qué ella era así. Al ver a Shen Gui así, las palabras de Shen Miao que se dijeron en Rong Jing Tang aún resonaban en sus oídos.

Cuando Shen Gui supo que Shen Qing había caído en un percance, su primer pensamiento no fue ir a ver las heridas de Shen Qing sino disciplinar a Shen Miao. Esto no era de ninguna manera lo que debería hacer un verdadero padre. Shen Gui ni siquiera se preocupó por la vida o la muerte de su hija. Quizás Shen Qing era solo algo valioso para Shen Gui, y debido a que ella tenía valor, él continuó guardándola. Ahora que no tenía ningún valor, ni siquiera estaba dispuesto a darle otra mirada.

La provocación de Shen Miao fue insignificante en Rong Jing Tang, pero después de reflexionar hasta ahora, finalmente explotó.

¡Eres una arpía! Shen Gui era a menudo halagado en los círculos oficiales y ¿cuándo llegaría un momento en el que lo acusarían y lo regañarían? A pesar de que estaba resentido en su corazón, aún sabía que no podía deshacerse de toda pretensión de cordialidad con Ren Wan Yun, así que se burló: “Dices que no soy un buen padre, pero ¿eres una buena madre? Qing-er fue llevada al Templo Wo Long por ti y deberías haberla cuidado adecuadamente. Estabas a su lado pero aún así la dejaste caer en un percance bajo tus párpados. Esa noche, ¿no dormías junto a su habitación? Si realmente la amabas, entonces a una distancia tan corta, ¿cómo no descubriste que la persona que estaba en problemas era Qing-er?

Cuando habló, Ren Wan Yun se sorprendió de inmediato.

Lo que más lamentó y odió fue esa noche en el pabellón norte. Obviamente, había escuchado los gritos de ayuda y obviamente tuvo la oportunidad de salvar a su hija, pero una serie de factores hicieron que Shen Qing cayera en un percance. Ahora, con Shen Gui apuñalando su corazón con un cuchillo y poniendo sal en su herida, la quedó atónita en el acto.

Shen Gui vio que ella no hablaba y por eso se burló, se cepilló las mangas y se fue enfadado. Nadie sabía a qué patio de concubina se dirigía.

Ren Wan Yun se quedó en blanco por un momento cuando de repente sus piernas se suavizaron y se derrumbó en el suelo. Ella se tomó la cara y comenzó a llorar suavemente.

Xiang Lan y Cai Ju estaban conmocionadas y asustadas en su corazón. La actual Ren Wan Yun parecía haberse derrumbado durante la noche y fue golpeado hasta una posición desesperada. No hubo nada del orgullo y la arrogancia anteriores.

Las dos sirvientas solo pudieron dar un paso adelante para consolarla. Después de llorar durante un tiempo, Ren Wan Yun se secó los ojos y se puso de pie nuevamente. Ella dijo: "Trae papel y un cepillo, quiero escribir una carta a Yuan-er".

Shen Yuan era el hijo mayor de la segunda casa y el hijo mayor de Ren Wan Yun. Hoy fue nombrado en Liu Zhou y, una vez completado su mandato, regresaría a la capital Ding como funcionario.

Si uno dijera algo der tercer hogar, sería que Shen Yue era la más orgullosa, en el segundo hogar, Shen Yuan Bo era el más joven y, después de todo, Shen Qing no estaba calificada, pero Shen Yuan era único. A una edad temprana, pudo lograr un honor académico e hizo un buen trabajo para que incluso Shen Gui fuera amable frente a este hijo.

"Dado que el padre no es confiable, entonces está el hermano mayor". Ren Wan Yun miró a Shen Qing que estaba durmiendo y dijo con los dientes apretados: “Yuan-er era el que más te adoraba, su hermana menor. ¡Shen Miao, esa pequeña zorra, esta vez quiero que pagues por tus acciones y vivas una vida llena de arrepentimientos!"

Xiang Lan corrió rápidamente a buscar papel y pincel. Ren Wan Yun suspiró profundamente y le habló a Cai Ju, que estaba a su lado, "¿Siguen esas chicas allí?"

“Las cuatro doncellas y Gui Momo están todos en la leñera. Furen quiere darles la medicación muda o directamente... "

Estas pocas sirvientas, naturalmente, fueron testigos de la caída de Shen Qing en un percance. Estaban las doncellas de Shen Qing, Yan Mei y Shui Bi, y las doncellas de Shen Yue, Qing Luan y Huang Ying, y también Gui Momo.

"Alimenta a las doncellas de Shen Yue con la medicina muda y devuélvelas a Qui Shui Yuan, deja que Chen Rou Qiu se las arregle ellas mismas. Las dos sirvientas de Qing-er..." Ren Wan Yun dijo con saña: "Véndelas a un burdel de novena clasificación. ¿No sería dejarlos ir a la ligera si murieran simplemente? Dado que las protectoras no hicieron su trabajo, naturalmente los pecados no son perdonables".

Cai Ju no pudo evitar sudar frío. Un burdel y un Hua Lou [Edificio de flores: un lugar donde trabajaban las cortesanas] eran diferentes. Las mujeres de un Hua Lou podían optar por vender sus habilidades o vender su cuerpo, pero las mujeres de un burdel todas hacían negocios carnales. Además, el burdel de novena clasificación era el más bajo de todos porque los visitantes eran las personas más groseras y toscas y, debido a que eran las personas con el rango más bajo, no les importaría el género más justo e incluso serían brutales. Esas mujeres necesitarían recibir clientes sin parar, ya sea de día o de noche. El dinero que reciben no era suyo y se lo entregaba directamente a la Madam. Si llegara un día en el que se contagiaran de enfermedades venéreas, no obtendrían ningún medicamento y serían arrojadas en una estera a la calle y se congelarían hasta morir, hambrientas o incluso mordidas por perros. Todos estos fueron escenarios comunes.

Por lo tanto, las personas que fueron vendidas a los burdeles del noveno rango eran todas sirvientes que habían cometido errores atroces o de lo contrario se debían al odio de su dueño. Yan Mei y Shui Bi siguieron a Shen Qing desde jóvenes y después de todos estos años, si no había crédito, también había trabajo duro. Quién sabía que su destino sería como tal.

“Este sirviente entiende. Esa Gui Momo...” Cai Ju sondeó. Gui Momo ya se había unido a ellos y era considerada la gente de Cai Yun Yuan.

"Gui Momo..." Ren Wan Yun se burló con la cabeza agachada, "Esa noche qué pasó exactamente, no lo sé. Pero ahora que lo pienso, todavía es necesario interrogar a Gui Momo, ya que ella fue la que conoció los entresijos".
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La leñera abandonada estaba llena de un olor a podrido, había estado lloviendo durante los últimos días así que incluso algunos hongos crecían en el piso. Si fuera como de costumbre, estaría tranquilo pero en la oscuridad actual, parecía algo extraño.

Esta leñera se había utilizado para encerrar a innumerables personas y esas eran las que habían cometido un error grave en la residencia Shen. Había maestros y sirvientes antes pero estas personas no tendrían un buen final porque después de estar encerrados aquí por un tiempo, desaparecerían de la residencia Shen en silencio, sin ruido, como si no hubieran existido antes en el mundo.

En ese momento en el cobertizo de la leñera se oyeron unas voces extrañas y parecía haber alguien luchando, y sus piernas habían golpeado algo antes de reprimir sus gritos.

Colocando las linternas en sus manos a un lado para que la luz iluminara la leñera. La tenue luz amarilla hacía que la leñera se viera aún más espeluznante. Dos ancianas de mayor tamaño sostenían a las dos sirvientas por el cuello y vertían algo de la botella en la garganta de la sirvienta.

Las dos doncellas seguían luchando, pero desafortunadamente sus cuerpos pequeños y débiles parecían ser como un pequeño pollo en las manos de las ancianas. Esas mujeres apretaron la barbilla de la criada para que no pudieran vomitar la cosa de su boca. Nadie sabía cuánto tiempo había pasado, pero las dos sirvientas finalmente dejaron de luchar y se agarraron el cuello dolorido.

"Arrástrelas". Una de las ancianas ordenó al criado detrás de ella y dos criados más entraron para sacar a las dos criadas.

“Estas dos...” La anciana señaló a las otras dos sirvientas, “También serán arrastradas. Pero Furen ha mencionado especialmente que se debe cuidar mucho de ellos ya que serían vendidas a ese tipo de lugar. Si está dispuesto, hágalo según sus deseos".

Cuando los dos sirvientes lo oyeron, sus ojos mostraron una mirada codiciosa. Cuando se volvió a mirar a las dos doncellas, solo había desesperación en sus rostros.

Las dos ancianas vieron que todo estaba casi limpio, así que se levantaron y salieron.

"¿Furen... Furen mencionó qué hacer con esta vieja sirvienta?" En un rincón oscuro, una silueta de repente salió corriendo y abrazó las piernas de una de las ancianas, "¿Qué pasa con esta vieja sirvienta?"

Esa persona no era otra sino Gui Momo.

"Momo no debe estar impaciente," Esa anciana apartó la mano de Gui Momo de sus piernas y habló excéntricamente, "Furen le da una importancia a Momo y definitivamente haría arreglos por completo para Momo. Solo espéralo."

Terminando, se fue sin volverse.

De repente, la habitación volvió a caer en la oscuridad y Gui Momo se encogió en la esquina, luciendo extremadamente asustado.

Nadie estaba dispuesto a morir. Quería seguir viviendo.

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