<center>*This publication was also written in* **SPANISH** *and* **PORTUGUESE**.</center>
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<center>[Maringá](http://www.maringa.com/eventos/8327/STAND+UP+COMEDY+O+Pior+Show+do+Mundo)</center>
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Making people laugh in a genuine way and without many appealing aspects is definitely not an easy task as many think (because it requires strategic planning) and, according to many professionals who work - *have worked or intend to work* - in this entertainment field (some of them, for many years), it is more difficult to do comedy than drama.
Over the course of a few years (especially the most recent ones, where speeches on various subjects have been more inflamed and consequently more debated), humor is no longer seen only as a simple way to kill time and has been treated as an excellent way to establish a direct communication with the great masses that are scattered around the world.
Silly and senseless jokes are opening space for new themes to be worked on in a more serious way and because of that, important issues have been brought to the center of attention through a "smoke screen" that privileges their treatment by forceful means that they are supported by the right acquired because of what is called freedom of speech.
It doesn't matter if the focus is on the big shows that are produced for TV by major studios, the presentations in renowned theaters made by influential producers and even the smaller projects (which usually take place in small concert halls around the city or on virtual channels), the realities of comedians - *famous or unknown* - at some point do mix.
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<center>[FIRE](https://www.thefire.org/news-and-media/free-speech-history-podcast/)</center>
Their work shares many aspects in common and they end up staying in the same bubble: the limits of their speeches. The themes that serve as guidelines for them to build their presentations are free and each comedian has the obligation to be connected with the reality of what is happening around them and work on the problems that need to be minimally discussed.
However, in this difficult search between the balance that involves freedom of expression to be able to say what they want and the respect they have to have about the way they should do it always generates conflicting and stressful aspects because the themes usually tend to be sensitive to many people and dealing with it requires a lot of skill.
Social, political, economic, environmental and personal issues lead the choices of these professionals, being responsible for guiding the jokes and impact messages (obviously camouflaged with comedic touches) that are told during the presentations. But depending on the way and the intensity of how everything is told, the effects may not be so positive.
This basically happens - *in my point view* - for two reasons: many comedians really exaggerate their jokes in order to show themselves more relevant in order to get more space in the media and because the world is extremely polarized and more attentive to what is being said (especially if any aspect reaches a public that belongs to a minority).
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<center>[Medium](https://medium.com/@postinformation/ukraine-faq-on-the-freedom-of-speech-issues-in-terms-of-hybrid-war-5370e84139b1)</center>
By definition, freedom of speech can be defined as a rational and individual act that every human being has to express - *freely* - their opinions, concepts, thoughts and ideas without any fear of retaliation or censorship (government or society in general). But how valid is this within the competitive world of Stand Up Comedy? Is it worth everything to make people laugh?
I think that, professionally, within this world there is no consensus on right or wrong, because this is a very particular rule (supported by an ironic and acid humor)... However, there is a consensus regarding the limits that jokes should not cross (because respect should always come first), but that is also another particular rule because it depends on the good sense of each professional.
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<center>**COMEDIA EN VIVO: ¿Hasta dónde llega la libertad de expresión**?</center>
Hacer reír a las personas de una manera genuina y sin muchos aspectos atractivos definitivamente no es una tarea fácil como muchos piensan (porque requiere planificación estratégica) y, según muchos profesionales que trabajan - *han trabajado o tienen la intención de trabajar* - en este campo de entretenimiento (algunos de ellos, durante muchos años), es más difícil hacer comedia que drama.
En el transcurso de unos años (especialmente los más recientes, donde los discursos sobre diversos temas se han inflamado más y, en consecuencia, más debatidos), el humor ya no se ve solo como una forma simple de matar el tiempo y se ha tratado como una excelente manera establecer una comunicacion directa con las grandes masas que se encuentran dispersas por todo el mundo.
Los chistes tontos y sin sentido están abriendo espacio para que los nuevos temas se trabajen de una manera más seria y, debido a eso, los temas importantes han sido traídos al centro de atención a través de una "pantalla de humo" que privilegia su tratamiento por medios contundentes que están respaldados por el derecho adquirido por lo que se llama libertad de expresión.
No importa si la atención se centra en los grandes espectáculos producidos para televisión por los principales estudios, las presentaciones en teatros de renombre realizados por productores influyentes e incluso los proyectos más pequeños (que generalmente tienen lugar en pequeñas salas de conciertos de la ciudad o en canales virtuales), las realidades de comediantes - *famosos o desconocidos* - en algún momento se mezclan.
Su trabajo comparte muchos aspectos en común y terminan en la misma burbuja: los límites de sus discursos. Los temas que sirven como pautas para que puedan construir sus presentaciones son gratuitos y cada comediante tiene la obligación de estar conectado con la realidad de lo que sucede a su alrededor y trabajar en los problemas que deben discutirse mínimamente.
Sin embargo, en esta difícil búsqueda entre el equilibrio que implica la libertad de expresión para poder decir lo que quieren y el respeto que deben tener sobre la forma en que deberían hacerlo, siempre genera aspectos conflictivos y estresantes porque los temas generalmente tienden a ser sensible a muchas personas y tratarlo requiere mucha habilidad.
Las cuestiones sociales, políticas, económicas, ambientales y personales lideran las elecciones de estos profesionales, siendo responsables de guiar los chistes y los mensajes de impacto (obviamente camuflados con toques cómicos) que se cuentan durante las presentaciones. Pero dependiendo de la forma y la intensidad de cómo se cuenta todo, los efectos pueden no ser tan positivos.
Básicamente, esto sucede - *en mi opinión* - por dos razones: muchos comediantes realmente exageran sus bromas para mostrarse más relevantes a fin de obtener más espacio en los medios y porque el mundo está extremadamente polarizado y más atento a lo que está siendo dicho (especialmente si algún aspecto llega a un público que pertenece a una minoría).
Por definición, la libertad de expresión se puede definir como un acto racional e individual que todo ser humano tiene que expresar - *libremente* - sus opiniones, conceptos, pensamientos e ideas sin temor a represalias o censura (gobierno o sociedad en general). Pero, ¿qué tan válido es esto dentro del competitivo mundo de Stand Up Comedy? ¿Vale la pena hacer reír a la gente?
Creo que, profesionalmente, en este mundo no hay consenso sobre lo correcto o lo incorrecto, porque esta es una regla muy particular (respaldada por un humor irónico y ácido)... Sin embargo, existe un consenso sobre los límites que los chistes no deben cruzarse (porque el respeto siempre debe ser lo primero), pero esa también es otra regla particular porque depende del buen sentido de cada profesional.
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<center>**STAND UP COMEDY: Até onde vai a liberdade de expressão**?</center>
Fazer as pessoas rirem de uma forma genuína e sem muitos aspectos apelativos definitivamente não é uma tarefa tão fácil como muitos pensam (porque requer um planejamento estratégico) e, de acordo com muitas profissionais quem trabalham - *já trabalharam ou pretendem trabalhar* - nesse campo de entretenimento (alguns deles, já há muitos anos), é mais difícil fazer comédia do que drama.
Ao longo de alguns anos (especialmente os mais recentes, onde os discursos sobre diversos assuntos tem sido mais inflamados e consequentemente mais debatidos), o humor deixou de ser visto apenas como uma maneira simples de matar o tempo e vem sendo tratado como uma excelente forma estabelecer uma comunicação direta com as grandes massas que estão espalhadas pelo mundo.
Piadas bobas e sem sentido estão abrindo espaço para que novas temáticas sejam trabalhadas de uma forma mais séria e por causa disso, assuntos importantes vem sendo trazidos para o centro das atenções através de "cortina de fumaça" que privilegia o tratamento deles por meios contundentes que são respaldados pelo direito adquitido por causa do que é chamado de liberdade de expressão.
Não importa se o foco são os grandes shows que são produzidos para a TV por importantes estúdios, as apresentações em teatros renomados realizadas por influentes produtores e até mesmo os projetos menores (que geralmente ocorrem em pequenas casas de shows espalhadas pela cidade ou em canais virtuais), as realidades dos comediantes - famosos ou desconhecidos - fazem em algum momento se misturam.
O trabalho deles compartilha de muitos aspectos em comum e eles acabam ficando dentro de um mesma bolha: os limites dos seus discursos. Os temas que servem como pauta para que eles construam suas apresentações são livres e cada comediante tem à obrigação de estar conectado com a realidade do que está acontecendo ao seu redor e trabalhar em cima dos problemas que precisam ser minimamente discutidos.
No entanto, nessa difícil busca entre o equilíbrio que envolve a liberdade de expressão para poder falar o que eles querem e o respeito que eles tem que ter sobre à maneira como eles devem fazer isso sempre gera aspectos conflitantes e desgastantes porque os temas geralmente costumam ser sensíveis para muitas pessoas e lidar com isso requer muita habilidade.
Questões sociais, políticas, econômicas, ambientais e pessoais lideram as escolhas desses profissionais, sendo responsáveis por nortearem as piadas e mensagens de impacto (obviamente camufladas com toques cômicos) que são contadas durante as apresentações. Mas dependendo da maneira e da intensidade como tudo é contado, os efeitos podem não ser tão positivos.
Isso acontece basicamente - *no meu ponto de vista* - por dois motivos: muitos comediantes realmente exageram em suas piadas com o objetivo de se mostrarem mais relevantes afim de conseguirem mais espaço na mídia e porque o mundo está extremamente polarizado e mais atento ao que está sendo dito (principalmente se algum aspecto atinge algum público que pertença a uma minoria).
Por definição, liberdade de expressão pode ser definida como um ato racional e individual que todo ser humano tem de manifestar - *livremente* - suas opiniões, conceitos, pensamentos e ideias sem que haja algum receio de retaliação ou censura (governamentais ou da sociedade em geral). Mas até onde isso é válido dentro do mundo competitivo do Stand Up Comedy? Será que vale tudo para fazer as pessoas rirem?
Eu acho que, profissionalmente, dentro desse mundo não existe um consenso sobre o certo ou o errado, porque essa é uma régua muito particular (apoiada em um humor irônico e ácido)... Porém, existe um consenso no que diz respeito aos limites que as piadas não devem cruzar (porque o respeito sempre deve vir em primeiro lugar), mas isso também é outra régua particular porque depende do bom senso de cada profissional.
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