<center>**MÁS ALLÁ DE LA PIEL**</center>
<div class="text-justify">¿En qué punto del acto sexual abandonamos nuestra piel para encarnar la piel del otro? ¿No es la tibieza de un beso el acto de comunicación más profundo?, ¿o lo es la mirada silenciosa tras el estallido? Estas y otras interrogantes me embargan cuando pienso en la sexualidad. Para mí este aspecto de la dinámica existencia me resulta tan llamativa como lo es la muerte. En esencia, la vida se prolonga a través del sexo, devorándose a sí misma. En esta oportunidad les comparto uno de mis poemas eróticos. Este forma parte de una antología publicada hace poco y de la cual formo parte: Habitantes de la calima – Sequía. Espero logré tocarlos. Estoy abierto a cualquier crítica o sugrencia.</div>
<center>**DORMITORIO**</center>
<center>*Yo solo quiero un silencio de paredes y cojines,
un suspenso de prendas esparcidas, vacías por completo,
de ciudades muertas que vigilen el delirante insomnio.
No se inaugure entre nosotros sino el ritual originario,
un lecho largo y lento y ebrio y prófugo,
un estupor agudo con olor a vino viejo,
a jergón mojado, a sábana revuelta,
que nazca en el desvelo y espese el dormitorio
y haga gritar a la noche con sus gotas de sudor ardiendo.*</center>
<center>*¿Qué es este oleaje seco que golpea en mi sexo,
esta llama húmeda que acaricia mis entrañas,
este batir de alas, este zumbido, este crujir
que en mi alma desarrolla y multiplica su pulso,
este afán, este ser obsceno que el deseo patrocina?*</center>
<center>*Yo solo quiero tus brazos como enredaderas o vapores
y los míos rodeando como anillos o agujeros
nuestras piernas como raíces enredadas
nuestros cabellos como líquidos juntándose
y tus uñas y mis dientes y tus dientes y mis uñas
trazando caminos sangrantes, encarnecidos territorios
nuestro sexo masculino como llamas paralelas
en un movimiento brusco, penetrante, doloroso, ascendente,
en una disputa, en una guerra carnal y ensimismada.*</center>
<center>*Yo solo quiero un tú y yo distendidos y superpuestos
en un profundo anudarse de vellos y epidermis,
y cuando estamos tenazmente, duramente adheridos,
aferrados al dolor como el dolor a una herida,
cuando estemos perdidos en un confuso
y acelerado devenir respiratorio,
cuando solo seamos una misma saliva y un mismo cansancio,
aniquilemos por completo los sonidos y las formas,
la cama, las paredes, la noche y los suburbios,
entonces arribemos a un sutil estallido de rayos y volcanes,
y terminemos desnudos, diluidos, largamente expuestos,
flotando a la deriva en un tibio y agridulce océano blanco.*</center>
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<center>[FUENTE](http://poesiaamanoalzada.com.ar/poema-ii-de-julia-guzman/)</center>
<center>**MIS REDES SOCIALES**</center>
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