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El mundo de las canciones es tan amplio y los buenos recuerdos con hermosas canciones, pues mucho más. Todas las etapas de mi desarrollo humano que he vivido los recuerdo impregnados de diferentes canciones, estilos musicales, cantantes variados.

Todos los días que Dios me ha dado la gracia y bendición de despertar, puedo sentir la presencia de la música, desde muy temprano el hermoso cántico de las aves que se despiertan alabando a Dios, si amanece el día lluvioso puedo apreciar la música de la lluvia, el sonido de las gotas al caer, si hay brisa fuerte, puedo escuchar su zumbido, cuando he ido de paseo cómo no detenerme a escuchar el bravío mar, realmente estas son mis canciones favoritas, y por supuesto no podría faltar entre mis preferidas, la risa y los sonidos que ya mi hermoso nieto emite.

Cuando estaba pequeña recuerdo que mi abuela me cantaba muchos himnos de la iglesia donde se congregaba.


Después fui creciendo y en la escuela recuerdo que las maestras cantaban: "había una vez un barquito chiquitico". Esas mismas canciones que me recuerda mi infancia bonita me encanta cantárselas a mi nieto cuando mi hija  lo trae para que se quede conmigo todo el día.

Hablar de música es recordar a mis tíos con tantas canciones dirigidas a sus amores, las rumbas semanales, ahí no se hablaba, ahí se cantaba, ja, ja, ja.




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Recordar a mi abuela, es también recordar otro tipo de canciones, ella pertenecía a la Iglesia y le encantaba su música cristiana, también esas canciones marcaron huellas en mí, sobre todo un canto tan popular como “Dios está aquí” y otra de las canciones que tanto le fascinaba era “Mercedes” de Simón Díaz.

Ya de adolescente, me encontré con las canciones de disco, como no recordar la canción: “Esta es la escoba, esta es la escoba para barrer”, ja, ja, ja, no me cansaba de bailarla, cada vez que la escucha se me movía el cuerpo sólo y salía a bailar, ja, ja, ja.

En esta lluvia de recuerdos también vienen mis padres con esas canciones que les movían el tapete ja, ja, ja, como las de Jaramillo, Sandro, Camilo Sesto, Julio Iglesia, esas corta venas, ja, ja, ja, de Ángela Carrasco como: “Quererte a ti”, ¡Guao! ¡Qué recuerdos de verdad! La música trae muchos recuerdos a mi mente, algunas me dan melancolía, con esas notas que mueven las fibras más profundas del corazón hasta uno sentir que se desgarra, pero otras canciones que escucho que el corazón se me ensancha, dejándome esa sonrisa en los labios todo el día.

No podría pasar por alto esas canciones que cantaba con mis hermanos, las de los Terrícolas y las del dúo Pimpinela. Terminábamos peleando porque mi hermano quería que yo dramatizara igual que esos cantantes y me decía: “Tienes que llorar” y yo le decía que “no”, ja, ja, ja, y terminábamos discutiendo y poniendo punto y final por ese día a ese juego de cantantes que siempre teníamos, ja, ja, ja.


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Mis hijos desde pequeños, les ha gustado la música, tuve la oportunidad de ponerlas a estudiar música, participando así de estudiantina y grupos musicales. Todos estos valses venezolanos, música llanera me las recuerda a ellas en esos tiempos que estaban más pequeñas y participaban de todos estos eventos musicales que pudieron disfrutar y me llena de orgullo haber sido yo las que las impulsó a eso.



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Hoy en día me agradecen que los haya llevado al mundo de la música, tocan varios instrumentos y cantan.

La canción Moliendo café me hace recordar mucho a mi hija Diliana, le encanta esa canción y cuando se la enseñaron no paraba de tocarla, no sé qué sentiría ella por esa canción, pero le causaba tal emoción que se deleitaba tocándola. Hoy en día de vez en cuando la coloco para escucharla y recordarla en esos bellos momentos, hacerla presente en mi pensamiento y corazón aquí en Venezuela, sé que donde ella está viviendo ahorita no puede cultivar la música, pero sé que la lleva en sus venas.




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Mi hija Johana es Directora de Cultura en la Alcaldía de nuestro municipio y que más orgullo para mí como madre ese trabajo que hace ella por el rescate de la cultura en el municipio, trabajando así con los colegios o escuelas para que no se muera la música que siga viva en su corazón y en sus venas, pero sobre todo en la vida de los demás.

Una de las canciones que más me recuerda a mi hija Johana que le encantaba tocar y todavía la sigue transmitiendo a los demás en su trabajo que hace es el Alma Llanera; canción de nuestra Patria Venezuela, considerada como el segundo Himno Nacional de nuestro país.




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Mi hijo Gabriel un buen día agarró la guitarra y la hizo sonar sin recibir clases. A los 10 años de edad me trajo una serenata con una canción cristiana de sorpresa y lloré tanto que no me ha traído más serenatas. Siempre digo a mis hijos: ¡sorpresas no! ja,ja,ja.



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A mi nieto Asier me gusta mucho colocarle música infantil, busco Youtube y le coloco de esos videos que tienen potpurrí de canciones infantiles y a él le encanta, en la cuna se pone a bailar y moverse, viendo los dibujos animados que contiene el video. Le fascina las canciones de la granja de Zenón.

Ya de adulta, no puedo dejar sin nombrar esas canciones rompe venas como las de Chayanne, Franco de Vita, Frank Quintero, Guillermo Dávila, Karina, ¡Guao!

Cada canción tiene una historia real, un sentimiento en cada uno de los que las escuchamos.

No puedo negar, que actualmente se escuchan unas canciones, que yo ni me atrevo a llamarles música, porque pienso que ahora cualquiera se hace llamar músico y compositor, pero realmente siento que van dañando la música. Los jóvenes de hoy en día están siendo bombardeados por unas canciones con letras que atentan contra su autoestima, es por eso que como padres y abuelos debemos sembrar buenos valores, para que nada de lo que la sociedad nos presenta, puedan desvirtuarnos, pero igual se debe respetar esos gustos sin disgustos.

Quisiera cerrar con esta frase: “La música es la manera de contar cosas hermosas y poéticas al corazón”. Pablo Casals

Las imágenes son de mi álbum familiar. Mi hija Johana me facilitó algunas imágenes de su trabajo, con su celular Redmi10 . También pude capturar algunas imágenes desde mi celular Samsung J4. Mi firma con la aplicación Social Media Post. 

¡Muchas gracias a todo el equipo de PAL por estos espacios!



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