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# <center>El proceso</center>
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<div class="text-justify">Cuando Ana llegó a la sala de visita, vio que Angito se hallaba sentado en una de las esquinas, con la cara baja, mirándose las manos. La mujer se sentó frente al hombre que apenas alzó la cabeza:

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_Hola, Angito. ¿Cómo estás? - preguntó Ana sin exclamaciones ni afecto, conociendo la respuesta y poniendo un envase de comida sobre sus piernas.

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_¿Cómo puedo estar, mujer? Ya son dos meses encerrado en esta cárcel - respondió el hombre con cierta amargura.

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_¿Dos meses? ¡Cómo pasa tan rápido el tiempo! - exclamó Ana sin saber qué decir.

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_¿Rápido, Ana? Pregúntame a mí que siento que ha pasado un siglo - expresó el hombre con la espalda encorvada y la cabeza entre las manos.


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Después de un largo silencio, Ana se atrevió a decir:

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_No tenemos plata para pagar el abogado, Angito - anunció la mujer mientras abría el envase plástico. 

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_Pide prestado, mujer. Empeña nuestros anillos de matrimonio, mata el cochino - asomó Angito desesperado como solución.

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_Nadie quiere prestarnos. Y los anillos y el cochino ya los vendí para comprar comida - aseguró Ana ofreciendo al hombre el envase plástico que contenía un arroz frío con huevo. 

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_¿Y ahora qué vamos hacer, Ana? - preguntó Angito con voz descompuesta. 

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_Supuestamente te pondrán un defensor público, Angito. El defensor viene dentro de dos semanas, así me informaron.


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_¿Dos semanas, Ana? ¿Dos semanas? - repitió Angito como un eco.

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El hombre comía el arroz casi de grano en grano, con desgano, cuando Ana anunció, con voz nerviosa, mirándose la mano sin anillo:

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_No sé si venga la semana que viene ni la otra, Angito. El trayecto es largo y no tengo para el pasaje de ida y vuelta - Angito detuvo la cucharada de arroz cerca de la boca- Pedro, tu amigo, es el que me ha hecho el favor de traerme y el carro se le echó a perder justo al frente de la casa y ahora no puede moverlo. - las tripas del hombre gruñeron. Angito quiso decir algo, pero no pudo: sintió que una piedra enorme lo aplastaba contra el suelo.

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_Yo quisiera que tú salieras pronto de aquí, Angito, pero tú sabes que todo es un proceso... - expresó Ana sin mayúsculas, sin ningún sentimiento. 

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### <center>HASTA UNA PRÓXIMA OPORTUNIDAD, AMIGOS</center>
##### La imagen principal es de libre uso y el texto fue traducido con Deepl Translate

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>![Click here to read in englis]
>The process
>When Ana arrived in the visiting room, she saw that Angito was sitting in one of the corners, with his face lowered, looking at his hands. The woman sat down in front of the man, who barely raised his head:
>_Hello, Angito, how are you?” asked Ana without exclamation or affection, knowing the answer and placing a container of food on her legs.
>How can I be, woman? It's already two months locked up in this cell,” answered the man with some bitterness.
>Two months? How time passes so quickly! - Ana exclaimed, not knowing what to say.
>Quickly, Ana? Ask me, I feel like a century has passed,” said the man with his back bent and his head in his hands. 
>After a long silence, Ana dared to say:
>_We don't have money to pay the lawyer, Angito - announced the woman while opening the plastic container. 
>Borrow, woman. Pawn our wedding rings, kill the pig - peeked Angito desperate as a solution. 
>Nobody wants to lend us. And I already sold the rings and the pig to buy food - assured Ana offering the man the plastic container containing cold rice with egg. 
>What are we going to do now, Ana? - asked Angito in a discomposed voice. 
>Supposedly they will put a public defender on your case, Angito. The defender is coming in two weeks, so I was informed. 
>Two weeks, Ana? Two weeks? - Angito repeated like an echo. 
>The man was eating the rice almost grain by grain, with reluctance, when Ana announced, in a nervous voice, looking at her face. looking at his ringless hand:
>_I don't know if I'll come next week or the next, Angito. The trip is long and I don't have enough money for a round trip ticket - Angito stopped the spoonful of rice near his mouth - Pedro, your friend, is the one who did me the favor of bringing me and the cart broke down right in front of the house and now he can't move it. - the man's guts growled. Angito wanted to say something, but he couldn't: he felt a huge stone crushing him to the ground. 
>I would like you to get out of here soon, Angito, but you know that everything is a process? - said Ana without capital letters, without any feeling.